Por Ramiro García Morete
Nos adentramos en el maravilloso mundo de la producción musical. Hoy: Franco Camiletti. Radicado en La Plata desde hace más de una década, el artista de Junín concilia su experiencia en diversas bandas y su proyecto solista (Fr4no) con el rol de productor. Siempre apuntando a la canción como lenguaje, el también trombonista que se mueve con docilidad dentro del pop y rock reflexiona sobre el oficio.
¿Qué entendés por producción musical?
Hacer uso del infinito universo de recursos técnicos, interpretativos y musicales en pos de darle vuelo a una obra.
¿Podrías dar tres claves sobre la misma?
Criterio, escucha atenta y creatividad.
¿Tenés alguna rutina o método de trabajo?
Trabajo con canciones que a la primera escucha sean de mi agrado. Luego las canto y toco en diferentes instrumentos y desde allí comienzan a surgir ideas para potenciarla.
¿Te reconocés en algún estilo, género o territorio particular?
El género canción, que es tan amplio, me sienta bien, quizás más ligado al rock y al pop. Aunque estoy abierto a todo tipo de propuestas.
¿Te acordás de la primera vez que una canción o artista te interesó por algo que fuera más allá de la canción?
Siempre hay algo más que la canción en toda la música que me ha marcado. Por poner un ejemplo que se me ocurre ahora: la reverb natural de la batería de «When the leeve breaks» (Led Zeppelin).
¿Qué programa o software usás? ¿Por qué?
Ableton. Me parece completo, intuitivo e innovador.
¿Cuánto hay de la pre y de la pos en un resultado?
Ambas instancias son claves, pero creo que la pre es más importante. Es difícil encauzar una mala grabación al concepto sonoro y eso se debe a la importancia de la preproducción y el arreglo.
Tres productores favoritos.
Quincy Jones, Mark Ronson, Nico Cotton.
Una canción que te guste particularmente por su producción.
«24k magic», de Bruno Mars.
¿Hay algún sonido que te guste particularmente y otro que te moleste?
Me gustan muchos sonidos, entre ellos, los bajos estilo Moog, el piano rhodes, el clap superpuesto al redoblante, platos en reversa, por nombrar algunos. Puede disgustarme cualquier sonido que no esté puesto en el momento y espacio adecuados a lo que pide el espíritu de la canción.