Una multitud se movilizó este martes en contra de los despidos en PepsiCo, la represión del macrismo y la complicidad de burócratas sindicales como Rodolfo Daer, titular del gremio de la Alimentación, que avaló la decisión de la multinacional de cerrar la planta de Florida, en el partido de Vicente López, y dejar a seiscientos empleados sin sus fuentes laborales.
Más de 30 mil personas, decenas de sindicatos, las dos CTA, partidos políticos, movimientos sociales y organismos de derechos humanos partieron desde el Obelisco marchando por Diagonal Sur hasta Plaza de Mayo y, de allí, al Congreso para culminar con un acto frente a la sede del Ministerio de Trabajo ubicada en Callao 114.
Mientras las columnas iban llegando al lugar y los despedidos de PepsiCo subían al escenario, la Junta Interna de la cartera laboral desplegó una gran bandera desde la terraza del edificio para manifestar su respaldo y exigir la reincorporación de todos los cesanteados.
Del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, no hubo noticias. El funcionario representó desde un primer momento los intereses de la multinacional y hasta justificó la feroz represión del jueves pasado, cuando la Gendarmería y la Policía bonaerense arremetieron con balas de goma, palazos y gas pimienta para desalojar a los despedidos que resistían con la toma de la planta.
La delegada Catalina Balaguer, con más de veinte años de antigüedad en PepsiCo, responsabilizó al presidente Mauricio Macri y a la gobernadora María Eugenia Vidal por la violencia con la que actuaron sus fuerzas de seguridad.
“La mayoría de los despedidos son mujeres, pero a Vidal no le importó y nos mandó a reprimir sin piedad. Ayer estaba viendo un video de ella donde les hablaba a las mujeres que trabajan y reclaman por sus derechos. Lo de Vidal no es más que una pose. Ella no está con las mujeres que luchan, sólo representa los intereses de las patronales”, dijo Balaguer a Contexto.
Otras trabajadoras tomaron la palabra durante el acto para expresar su repudio a “un Gobierno que se olvida que nuestros hijos tienen que comer”.
“Macri y Vidal nos quieren dejar en la miseria, que trabajemos por dos pesos la hora, mientras los empresarios se siguen llenando los bolsillos de plata”, señaló Cecilia Alegre, y agregó que “esta lucha no es solamente por PepsiCo, sino por los cientos de miles de despedidos que hay en el país”.
«Una tregua escandalosa»
Luego fue el turno del delegado Camilo Mones, quien remarcó las irregularidades y las mentiras de la empresa al cerrar su planta de Florida: “Incurrieron en un lock-out totalmente ilegal, mientras hablaban de crisis. Ahora están trayendo sus productos de Chile. Esta es una multinacional que facturó el año pasado 10.000 millones de dólares a nivel mundial”.
“El traidor de Daer nos dijo que no podíamos luchar, que aceptáramos la indemnización porque la empresa era muy poderosa. Nosotros le decimos que conocemos muy bien la tradición de lucha de la clase obrera argentina”, sostuvo Mones, y le reclamó a la CGT que termine “su tregua escandalosa” con el Gobierno para convocar a un “paro nacional ya contra los despidos y las suspensiones”.
En este marco, el delegado también planteó que no se puede esperar hasta las elecciones de octubre para frenar el ajuste de Cambiemos.
“Creemos que es muy importante tener senadores y diputados que pongan el cuerpo junto a los trabajadores, como lo hicieron el día de la represión diputados de izquierda, del Frente para la Victoria y de Nuevo Encuentro. Esos legisladores son necesarios, pero no podemos derrotar al Gobierno sólo en las elecciones, no alcanza. Al plan de ajuste de Macri se lo derrota en las calles, con el paro general”, dijo, y se preguntó: “¿Cómo la clase obrera no va a poder pelear contra este títere de las multinacionales?”.
La carpa
Tras el acto frente al Ministerio de Trabajo, los despedidos de PepsiCo instalaron una carpa frente al Congreso para darle continuidad a la lucha y exigirle a la compañía que cumpla con el fallo de la Cámara Nacional del Trabajo. El jueves pasado, dos horas después de la represión, los jueces Luis Rafaghelli y Néstor Rodríguez Brunengo ordenaron la reincorporación de los cesanteados al considerar que la empresa estadounidense actuó de manera ilegal.
“O nos devuelven los puestos de trabajo o el conflicto de PepsiCo no se termina más”, aseguró Mones ante la multitud y llamó a extender en todo el país el boicot a los productos de la firma, ya que con eso se le hace “mucho daño”.
“Con la carpa vamos a llevar adelante una resistencia mucho más dura. La idea es ligarnos a todos los sectores porque entendemos que en nuestras voces están las de millones de trabajadores que dicen ‘basta’ a los despidos y a la represión”, completó Balaguer en diálogo con Contexto.
Nora Cortiña, integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora que se puso al frente de la marcha, dijo que “la política de destrucción que hay sobre el pueblo es vergonzosa”, le reclamó a Macri que “pare de hundir al país en tanta tristeza” y alentó a los trabajadores a mantener la lucha en la calles.