Por Leandro Gianello
Luis Federico Arias, juez en lo Contencioso Administrativo de La Plata, denunció ante la fiscalía que fue víctima de un operativo policial “intimidatorio” junto a parte de su familia cuando se trasladaba por la ruta 36.
La detención, en plena madrugada del lunes pasado, se produjo bajo la sospecha de que Arias se trasladaba en un vehículo robado e incluyó un operativo policial fuera de lo común, en el que participaron varios patrulleros y móviles de la bonaerense.
Luego de realizar la denuncia, el juez Arias indicó a Contexto que espera “que se le dé curso y se formule la acusación correspondiente por privación ilegítima de la libertad, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público” a los responsables del accionar policial.
“Fue un momento muy tenso. cruzaron una camioneta en la ruta sin hacer ninguna señal previa, de golpe, en medio de la ruta 36. Circulábamos tranquilos con mis hijos y los policías se bajaron del patrullero con las manos en las armas. mis hijos estaban aterrados. fue un momento difícil para mí y la familia.”
“Fue un momento muy tenso. Cruzaron una camioneta en la ruta sin hacer ninguna señal previa, de golpe, en medio de la ruta 36. Circulábamos tranquilos con mis hijos y los policías se bajaron del patrullero con las manos en las armas. Mis hijos estaban aterrados. Fue un momento difícil para mí y la familia”, expresó el juez.
El magistrado, quien llevó adelante diferentes presentaciones judiciales por las inundaciones del 2 de abril de 2013 y las tomas de tierras en la periferia de la ciudad, consideró que la acción de la Policía “fue intimidatoria”, pero que “no le encuentra motivo ni explicación” clara al suceso.
“El episodio sucedió en Abasto, un lugar en donde hubo incidentes que son de público conocimiento durante la toma de tierras en la zona”, dijo Arias. Allí fue “en donde me tiraron al piso y me golpearon. El suceso es en la misma localidad y en un contexto judicial complejo”, agregó suspicazmente.
A su vez, el juez señaló que ofreció la documentación personal y del automóvil a un oficial, explicándole que no podía retenerla según lo establece la Ley Nacional de Tránsito 24.449, a la cual adhirió la provincia de Buenos Aires con la Ley 13.927, que prevee en su artículo 3 la garantía de libertad de tránsito.
Luego de eso, el funcionario contó que “aparecieron cinco patrulleros más y les hice saber que era juez, que tenía inmunidad” frente a estos casos, como dice la Ley 25.320. En total, Arias estuvo detenido en medio de la ruta 36 una hora y cuarto, de la 1:45 hasta las 3 de la mañana.
Cuando la situación se complicó, el magistrado decidió retirarse y dejar su documentación en manos de los efectivos, pero en el instante en que se disponía a hacerlo un oficial lo amenazó: “Si usted se va, iniciamos una persecución y la va a pasar mal”, dijo, según Arias, un miembro del operativo.
El juez en lo Contencioso Administrativo indicó que en un primer momento “adujeron que la detención era por exceso de velocidad”, una hipótesis carente de valor, ya que los oficiales presentes en el operativo no contaban con los instrumentos electrónicos necesarios para realizar las mediciones, elementos que la legislación exige para comprobar este tipo de infracciones.
“Como no podían sostener ese argumento, dijeron que había una camioneta de similares características con pedido de captura en Avellaneda, pero mi vehículo no es de la misma marca que la que buscaban”, agregó el juez.
Entre el ida y vuelta de excusas, los policías ensayaron diferentes argumentos, como “que el sistema informático no funcionaba, o que desde el Ministerio (de Seguridad) les decía que el vehículo había sido robado”. Así, Arias estuvo demorado por distintos y variados motivos hasta que pudo hablar con el fiscal de turno y darle conocimiento de la situación, luego de lo cual fue liberado.
Por último, el funcionario hizo alusión al hecho publicando en las redes sociales un breve comentario, acompañado con un video, advirtiendo que “si esto me sucede a mí, que tengo herramientas para defenderme, no quiero imaginar lo que podría sucederle a la mayoría de la sociedad. Frente a ello, no resulta extraño que –por ejemplo– hayan ejecutado a un joven dentro de un patrullero, o disparado contra personas indefensas en un boliche”, concluyó.