Pese al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos, a la injerencia descarada de la Unión Europea y al boicot de un sector de la derecha local representada por el autoproclamado «presidente interino» Juan Guaidó, el domingo 6 de diciembre se realizarán elecciones legislativas en Venezuela.
El presidente Nicolás Maduro dijo que si el chavismo perdía él pondría su cargo a disposición. A pesar de que en Venezuela no es obligatorio ir a votar, se espera un importante nivel de participación. El oficialismo asegura que si recupera el control de la Asamblea Nacional podrá impulsar medidas para derrotar el bloqueo e impulsar la recuperación económica del país.
Para comprender la importancia de esta votación, Contexto dialogó con dos especialistas: Juan Pablo Olsson, sociólogo y coordinador en América Latina de la Internacional Progresista (IP), y Marco Teruggi, sociólogo y periodista, quien reside hace varios años en Caracas.
«La realización de estas elecciones legislativas en Venezuela implican ciertos aspectos básicos que vale la pena resaltar: por un lado, que se realicen las elecciones es un triunfo en sí mismo, sobre todo por haber padecido un acoso sistemático por parte de Estados Unidos y, fundamentalmente, por el duro bloqueo económico que viene padeciendo Venezuela. En este sentido, la realización de las elecciones tiene la importancia de haber neutralizado las estrategias de boicot por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y algunos gobiernos de derecha de América Latina (como Chile y Colombia), que pretenden no reconocer las elecciones», sostuvo Olsson.
Luego agregó que «al mismo tiempo, el acontecimiento de las elecciones puede ser visto como otra instancia de debilitamiento del autoproclamado Juan Guaidó, una marioneta cuyos hilos están cada vez más enredados. Dentro de Venezuela, Guaidó aparece como una figura debilitada y aislada que intenta llevar adelante estos manotazos de ahogado al convocar a no reconocer las elecciones, realizar un boicot y una consulta popular. Todo ello, en un gran escenario de fragmentación de la oposición».
«En términos de democracia, autodeterminación de los pueblos, participación popular y reconfiguración de América Latina, hay que tener en cuenta que es una elección que se da de manera posterior al triunfo de Luis Arce (que permitió recuperar la democracia en Bolivia, derrotando a la derecha y al golpismo) y de manera previa a las elecciones en Ecuador, donde se preanuncia un encabezamiento de las encuestas por parte de Andrés Arauz. Un momento en el que se está dando una recomposición positiva del bloque regional», concluyó Olsson.
En la misma línea, Teruggi explicó que «este proceso de elecciones es clave, tomando en cuenta la historia de los últimos cinco años, donde la Asamblea Nacional fue el principal espacio desde donde la oposición ha hecho una serie de procesos de desestabilización: recordemos que en 2016, desde la Asamblea Nacional se declaró el ‘abandono de cargo’ del presidente Maduro, lo que abrió paso a que en 2017 se produzca un proceso de escalada de violencia, y en el año 2019 también desde ese espacio fue desde donde se construyó la figura ficticia de ‘presidente interino’ de Juan Guaidó. Por lo tanto, ha sido un espacio central desde donde un sector de la derecha articulado desde Estados Unidos ha desplegado una estrategia permanente de desestabilización. Lo que transforma a la Asamblea Nacional en un punto neurálgico de este conflicto».
«Las elecciones nos van a dar una fotografía de la correlación de fuerzas que existen entre el chavismo y un sector de la oposición que ya no responde de manera directa a la estrategia de Estados Unidos, no reconoce al supuesto ‘gobierno interino’ de Guaidó y se opone al bloqueo económico», sostuvo.
Teruggi también remarcó que «el contexto es de desgaste político general, producto de estos años de conflicto y un desgaste económico evidente producto de una economía en recesión desde hace muchos años y que además está bajo un bloqueo que hasta este momento le ha impedido la recuperación. Pese a ello, se espera un nivel importante de participación».