Por Manuel López Melograno
El Gobierno de la provincia de Buenos Aires recortó entre un 20 y 40% el presupuesto para los comedores escolares y barriales, con el agravante de que el ajuste llega con un “menú de emergencia” que pide a las directoras de los establecimientos educativos que dejen de lado la carne, el pollo, las frutas y leche y rijan sus cocinas con arroz y fideos. La “olla” fue destapada ayer cuando las propias autoridades de los colegios de Lomas de Zamora filtraron a un medio provincial el listado de alimentos con los que pretenden alimentar a miles de niños bonaerenses.
Los gremios conforman el cambio en la dieta, y crece el repudio en las redes sociales.
La noticia, que fue revelada por Infocielo y que repercutió tanto en el ámbito gubernamental como en la comunidad en general, consta del siguiente menú: lunes, fideos al fileto; martes, arroz con lenteja; miércoles, fideos con huevo; jueves, arroz con paleta; y dos opciones para el viernes: fideos con manteca o arroz con queso.
Pero no es un hecho más en medio de la ola de recortes sociales que arman un combo feroz entre los aumentos de las tarifas en transporte y servicios, la inflación en ascenso y los despidos. Es que ahora llegó el turno de los niños más vulnerables, que recibieron el ajuste con una quita en los cupos de los comedores escolares de la provincia de Buenos Aires; que se suman al citado cambio de menú, que ya se cobró a la vicepresidenta del Consejo Escolar de Bahía Blanca y miembro de Cambiemos, Adriana Perdriel, que renunció ayer tras asegurar que “El que tiene hambre de verdad come cualquier cosa”, al ser consultada por las denuncias de que la leche que estaban dando en algunos colegios del distrito estaba podrida.
Consultada por Contexto, la dirigente del Sindicato Único de Trabajadores de Educación de la provincia de Buenos Aires (SUTEBA), Silvia Almazán, confirmó que “hay una situación particular en Lomas, pero tenemos también un relevamiento parcial que estamos haciendo en la provincia de Buenos Aires que ya nos va indicando un recorte de cupos en los comedores escolares de entre un 15 y un 20%”, que se traduce, por ejemplo, en 3.000 cupos menos para Mar del Plata, 4.000 en Bahía Blanca y entre 300 y 400 entre Villa Gesell y el Partido de la Costa.
Recién llegada de un recorrido por varias localidades para ver estas y otras problemáticas, Almazán explica que esta situación “se da, por un lado, por la reducción de cupos que ha habido –en donde cada cupo menos es un niño que se queda sin su alimentación–; pero, a su vez, por un crecimiento constante de pedidos de ingreso de niños en los comedores a partir de la situación económica del país”, que le han reclamado en todo el territorio bonaerense los delegados y autoridades, y que es en parte esencialmente motivado por el aumento del costo de los alimentos, que se traduce en la organización de los comedores escolares de la escuelas.
El relevamiento que abarca escuelas especiales, primarias y jardines de todo el territorio bonaerense, ya sea en contextos urbanos, rurales y hasta de islas, demuestra que la cantidad y la calidad de los alimentos se deterioró, revelando prácticamente la inexistencia de carne en algunos distritos. “Las auxiliares docentes nos dicen que a veces tienen un pollo cada 35 pibes, y a veces una sola vez por semana. En otros lugares no les llegan las carnes o tienen faltantes para poder armar un menú nutritivo, les faltan lácteos, frutas, no hay postres; y estamos hablando de niños desde los dos años hasta adolescentes”, cuenta la gremialista.
«Las auxiliares nos cuentan que tienen faltantes para poder armar un menú nutritivo, les faltan lácteos, frutas, no hay postres; y estamos hablando de niños desde los dos años hasta adolescentes”. Silvia Almazán, Suteba.
La situación también es grave en escuelas de doble turno, en donde los chicos tienen que tener desayuno, almuerzo y merienda y muchas veces estos servicios no están garantizados, lo mismo que en algunas escuelas de albergue. Los chicos, de todas las edades, no pueden alcanzar muchas veces los alimentos para incorporar los valores nutricionales correspondientes a su edad y etapa de crecimiento.
Cada vez más chicos sin comer
Mientras que aumenta la demanda de platos de comida y el Gobierno provincial recorta los cupos, “en las escuelas luchan contra el congelamiento que tiene el monto por alumno, que está en seis pesos con treinta centavos para comedores y 3,95 para la copa de leche”, a la vez que “ya venían luchando para evitar un mayor deterioro en la calidad de los alimentos y el aumento de los costos de los productos”, sostiene Almazán, y agrega: ”Si lo comparamos con el año pasado, la dieta se modificó, incluso en algunas comunidades donde nosotros sabemos que el servicio funcionaba muy bien”.
Hubo que racionalizar las carnes, la provisión de pollo –hasta el consumo de pollo bajó en el mercado–, los lácteos y las frutas en gran cantidad de establecimientos, mientras que en algunos lugares, como en Lomas de Zamora, ya no existen esos productos. Padres y docentes no saben qué decirles a los chicos, que no conocen mucho de política pero sí de un rico menú que ya no tienen.
En este panorama poco alentador en el inicio de las clases, estas faltantes alimenticias muchas veces se suplen de manera circunstancial con algún apoyo municipal, pero sobre todo con el aporte de donaciones de los mismos vecinos, situaciones que son temporarias, un simple paliativo. Así, las escuelas se ven obligadas a una organización extra desde las cooperadoras, que buscan garantizar el alimento.
Entretanto, en las redes sociales miles de personas manifestaron su absoluto repudio a la medida del cambio de menú, y tanto en Twitter como en Facebook se multiplican las críticas que piden un dejo de cordura. Tampoco faltan los que justifican la medida.
Sin balance nutricional en el “Menú de emergencia”
Respecto del menú en concreto, Contexto dialogó con el médico nutricionista y ex presidente de la Asociación Argentina de Nutrición, Guillermo Burlando, quien aseguró que “la alimentación debe coincidir con algunos alimentos que son fundamentales para los aportes de minerales y vitaminas normales, como por ejemplo la carne, el huevo, que aportan hierro; la leche y el queso, que dan calcio; la vitamina A, que se encuentra en las hortalizas amarillas como la zanahoria y zapallo; y la vitamina C, en los cítricos», y continúa: «Todas esas cosas deben estar incluidas en la comida».
El especialista en nutrición y docente de la Universidad de Buenos Aires reflexionó que en el nuevo menú de los comedores “sólo hay un aporte proteico en el huevo (miércoles), y el queso (viernes), que allí deben ser veinte gramos por día, y necesitan por lo menos comer de treinta a cincuenta gramos diarios, y más un chico, ¿no?”. Eso sí, los hidratos de carbono sí los estarían aportanto el arroz y los fideos todos los días.
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Triste comienzo de clases
Desde SUTEBA aseguran que hay una responsabilidad de la provincia compartida entre el Ministerio de Desarrollo Social y la Dirección General de Escuelas en la organización de los comedores escolares. Hace diez días, desde el gremio plantearon en la reunión con la entidad educativa tanto el tema de los comedores escolares como la situación de los alumnos que aun en esta sexta semana de ciclo lectivo no comenzaron las clases o lo hicieron parcialmente, porque “tienen días rotativos o no pueden cursar normalmente por problemas de trasporte, como en Tres Arroyos afecta a trescientos chicos; de infraestructura; incluso el caso de la falta de nombramientos de cargos docentes, como por ejemplo en Merlo, donde hay 72 cursos de primaria, jardín y secundaria que no tienen docentes”, explicó la dirigente, y agregó: “En esos casos, un director o un docente de otro año se hace cargo de los estudiantes, pero no es el profesor que deberían tener”.
En términos generales, y por mencionar sólo un ejemplo del cual no están exentos los comedores, hay un faltante de artículos de limpieza en prácticamente todos los establecimientos educativos de la provincia, al igual que de agua potable en las llamadas escuelas de isla, que sólo han recibido agua para consumo, pero no para higiene, algo peligroso en el marco de las campañas de prevención contra el dengue, sika y fiebre chikunguña.
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