A un año del incendio de la Escuela Técnica N° 2 de Ensenada, la comunidad educativa de ese establecimiento continúa esperando que el Gobierno de la provincia de Buenos Aires realice las obras necesarias que mantiene postergadas, para que los estudiantes puedan volver a sus aulas, dado que en la actualidad tienen clases en aulas containers.
Para reclamarle a la gestión de María Eugenia Vidal que muestre mayor interés, ayer al mediodía dirigentes de Suteba provincial y su agrupación ensenadense de la Lista turquesa junto a consejeros escolares del FpV de la misma ciudad hicieron una recorrida por la escuela para visibilizar la situación.
“Le exigimos a la provincia que acelere la reparación porque viene el invierno y las aulas modulares no están preparadas para soportar el frío”, dijo a Contexto Walter Montenegro, consejero escolar de Ensenada por el FpV, presente en la visita a la escuela.
“Todo lo que falta para que terminen la obra nos indica que los estudiantes van a pasar el invierno ahí”, puntualizó a este medio Gustavo Lappano, subsecretario de Educación Técnica y Agraria de Suteba provincial, también presente en el lugar.
La escuela, ubicada en Horacio Cestino y Güemes, cuenta con orientaciones en informática, electromecánica y química. Fue creada en 1948 y asisten más de ochocientos alumnos y alumnas de entre doce y dieciocho años.
A poco tiempo del incendio que el informe de la Policía Científica definió como intencionado, el titular de la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense, Alejandro Finocchiaro, y el intendente de Ensenada, Mario Secco (FpV), asistieron a la escuela, dividieron tareas para la reconstrucción y pusieron plazos de tiempo.
Finocchiaro se comprometió con dos cosas: comenzar las obras inmediatamente y alquilar containers para que prosigan las clases, ya que la mitad de la estructura quedó destruida. Hasta el momento solo cumplió con la segunda, mientras que las obras avanzan lentas y no llegaron a la mitad.
El año pasado, el Municipio hizo su parte: desmontó el tinglado, limpió los escombros, revocó las paredes y las pintó, y alisó el suelo para colocar las aulas móviles. En tanto, la Provincia se ocuparía de la instalación de la electricidad, el gas y el cielo raso.
“Están haciendo parte de la instalación de electricidad y falta todo el cielo raso de los pasillos centrales de la escuela. Y la instalación de gas directamente no la hicieron”, dijo Walter Montenegro.
“Finocchiaro se había comprometido a realizar la obra en el menor tiempo posible. Y hoy, a un año, nos encontramos con que cumplió sólo con el 40%. Las aulas, la secretaría y la dirección todavía no se pueden utilizar porque no están finalizadas”, indicó Gustavo Lappano.
Sin calefacción y con ajuste
Además de no contar con calefacción, los estudiantes hacen educación física en un terreno del predio de la escuela que no está hecho para esas actividades, debido a que las aulas containers están ubicadas sobre el playón deportivo donde antes practicaban deporte.
La problemática de la Escuela Técnica se encuadra en el ajuste que aplica la provincia en la educación pública. Además de desacreditar el rol de los docentes como estrategia neoliberal para llevar a cabo políticas de ajuste sobre ellos y los demás trabajadores, reducir su poder adquisitivo e imponer techos salariales, la provincia redujo en un 3% el presupuesto para la educación pública para este año.
A fines del año pasado, cuando Vidal presentó su presupuesto 2017, el Frente Gremial Docente bonaerense hizo público su rechazo a ese ajuste que significa $16.533.000.000 menos.
Ayer en la escuela de Ensenada los consejeros y gremialistas resaltaron la “política de no inversión” provincial en que está enmarcada la desidia de la cartera de Alejandro Finocchiaro con la Técnica N° 2.
Otro motivo que sirve para entender la falta de avances significativos en la reconstrucción de la estructura es la “cuestión política”. La provincia le debe más de 100 millones al municipio del kirchnerista Mario Secco.
“Hay muchos inconvenientes en esta y otras escuelas, que están hechos adrede sabiendo nuestro color político”, cerró el consejero Walter Montenegro.