Por Leandro Gianello
Los municipios bonaerenses deberán hacerse cargo de los comedores escolares en un proceso que comenzará a partir del año próximo con una prueba piloto en doce distritos de la provincia, indicaron desde el Gobierno provincial.
El nuevo esquema, a implementarse en forma total en 2018, traspasa todas las responsabilidades sobre alimentación en las escuelas a los municipios para “agilizar el seguimiento del menú y el manejo de proveedores”.
Detrás de la premisa de eficiencia que subyace en la propuesta de la gestión de Vidal, puede entreverse una medida que terceriza y reduce la responsabilidad del Estado en el ámbito educativo, planteando un interrogante en los municipios más chicos, que deberán enfrentar un gasto extra.
La medida de autogestión, que comenzará en el partido de Magdalena y se implementará en nueve distritos más del conurbano, implica la municipalización del Servicio Alimentario Escolar (SAE), administrado a través de los consejos escolares de la Dirección General de Escuelas bonaerense.
“Es preocupante porque es un incumplimiento de las responsabilidades que tiene la provincia en la gestión educativa”, explicó a Contexto Silvia Almazán, secretaria de Cultura y Educación de Suteba.
“Pasó lo mismo este año con Infraestructura. Nos hace recordar a la lógica impulsada en la década del noventa y al modelo chileno”, aseguró Almazán, en el que el Estado deja de hacerse cargo de obligaciones inherentes, obliga al desfinanciamiento y le abre la puerta a la administración privada del sector público.
Si la cuestión alimentaria “queda librada a los presupuestos municipales, habrá una diferenciación marcada entre municipios más grandes, que pueden afrontar el gasto con recursos propios, y otros chicos a los que se les complicará asegurar el esquema de funcionamiento”, indicó la actual secretaria de Cultura de Suteba.
Además, “es preocupante que el Estado provincial también transfiera responsabilidades propias del Ministerio de Desarrollo Social y de la Dirección General de Escuelas a ONG e instituciones”.
Todo el planteo del Gobierno de Vidal se argumenta en base a una “acción de eficiencia” presupuestaria y de gestión, sin observar que en los comedores escolares de la provincia “siguen pendientes varias problemáticas”, que se suman, por ejemplo, “al deterioro del poder adquisitivo de los doce pesos por persona” utilizados para alimentar a los alumnos, manifestó Almazán.
La provincia destina ese monto por cada ración de comida del servicio alimentario, mientras que en la ciudad de Buenos Aires la cantidad es de cuarenta pesos por chico. Cabe recordar que una familia tipo necesita sesenta pesos por individuo según los últimos datos oficiales de la canasta alimentaria.
Vidal anunció este año un aumento en los fondos destinados a los comedores escolares, pero en la práctica se redujo entre 20 y 40% los cupos para los mismos, provocando el traslado de la asistencia a instituciones barriales que se vieron desbordadas, todo bajo un panorama complejizado por la entrega de alimentos en mal estado.