No se los puede llamar de otra manera. El gobierno del macrista Néstor Grindetti y la distribuidora eléctrica Edesur son una especie de asociación criminal que tiene como víctimas a quienes habitan las barriadas populares de Lanús.
Desde hace meses, las organizaciones sociales y vecinos de Villa Caraza vienen exigiendo una solución inmediata a los frecuentes cortes de luz, advirtiendo que tarde o temprano podía ocurrir una tragedia. El municipio le tiró la bola a la empresa, y esta a su vez al municipio, pero ninguno se hizo cargo del problema. Y en medio de tanta desidia y abandono siete personas terminaron muriendo.
Las primeras víctimas fueron Elunei, Mia, Zoe y Luana, cuatro hermanas de entre 2 y 7 años que fallecieron al incendiarse la casilla de madera en la que vivían con su familia, construida por la ONG “Un Techo para mi País”. El siniestro ocurrió hace diez días en el barrio ACUBA y se originó por una vela, luego de permanecer una semana sin electricidad.
“Cuando los vecinos trataron de ayudar a apagar el incendio, no había agua en todo el barrio. Juntaron agua de las zanjas, pero realmente no alcanzó. Esas son las condiciones de vida en Villa Caraza”, dijo a Contexto Nicolás Caropresi, referente nacional del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE).
Tras la muerte de las cuatro pequeñas apareció una cuadrilla de Edesur y arregló la fase de ACUBA. Eso causó que se quedara sin luz el barrio San José Obrero, donde esta semana sucedió una segunda tragedia en una vivienda aún más precaria. Allí murieron Daniel Braian, de 14, y su tío Daniel Armando Trejo, de 41, mientras intentaban salvar al resto de la familia. Alexis, uno de los menores hospitalizados, falleció ayer a causa de las graves quemaduras sufridas. Tenía 17 años.
Las familias de las víctimas, acompañadas por vecinos y las organizaciones que integran la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), se movilizaron este jueves en reclamo de justicia y restablecimiento de los servicios básicos. Primero fueron hasta la sede de Edesur, Hipólito Yrigoyen 4636, donde bajaron las persianas y ningún directivo salió a dar la cara; y de ahí hasta el municipio, donde se encontraron con cordón policial.
“Necesitamos una respuesta de emergencia y otra a largo plazo. En lo urgente reclamamos que la luz vuelva a los barrios de Villa Caraza. Además de ACUBA y el San José Obrero, también hay problemas en el Eva Perón y 9 de Julio. Nuestra propuesta es que bajen generadores cada cierta cantidad de manzanas para garantizar que la electricidad no se corte; y, mientras tanto que Edesur y el Municipio trabajen en una cuestión más estructural de un tendido eléctrico adecuado”, explicó Caropresi.
Durante la manifestación frente a Edesur, un vecino del barrio 9 de Julio protestaba indignado, mostrando lo que había pagado con el último aumento dispuesto por el ministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren. La boleta indicaba un total de 1.200 pesos.
“Nos hablaban de los tarifazos necesarios para una inversión que mejorara la infraestructura atrasada, pero la verdad es que la infraestructura está cada vez peor”, sostuvo el referente del MTE y señaló que a esto se suma “la falta de agua potable y saneamiento”, así como las dificultades que existen para “acceder a una garrafa o a la comida”.
“La precariedad se ve hoy acrecentada. Estamos viviendo otra inseguridad que es producto de la desaparición del Estado, y esa desaparición del Estado abre paso a un protagonismo de las mafias y de los transas, que empieza a generar un alto grado de descomposición del tejido social de las barriadas. No hay estadísticas que lo reflejen, pero tiene que ver con toda esta situación de desidia y abandono”, añadió.
Caropresi también apuntó contras los grandes medios de comunicación que invisibilizan estas problemáticas, sobre todo cuando se trata de municipios gobernados por Cambiemos: “La grieta no tiene que ver con identificaciones políticas, sino con las condiciones de vida. Si no se resuelve con políticas de Estado, va a seguir profundizándose aún más”, advirtió el dirigente social.