Por Roberto Álvarez Mur
Cuando Ugo Tyburczy emigró a los trece años junto a sus padres, luego de pasar su infancia en un archipiélago del Océano Pacífico entre tribus kanaks y pescadores, nunca imaginó que iría a parar a un lugar llamado Argentina. Tampoco imaginó que en ese país descubriría por primera vez el reggae, el clima frío, y que después formaría una banda llamada Yataians. Puesto así, parece imposible.
Después los vi en vivo. Cuando noté que en la banda nadie usaba rastas me llamó la atención. Lo mismo cuando sentí el zumbido dulce del teclado tipo Hammond de los años sesenta. Pero lo que más me sorprendió fue que en la voz del grupo estaba este rubio flaquito, vestido de tumbero jamaiquino, cantando en un idioma indescifrable. Para una banda de reggae en Argentina, parece imposible. Entonces, no pude sacar a los Yataians de mi cabeza nunca más.
En un panorama nacional de reggae híper explotado con recetas repetidas, estos seis muchachos encontraron una fórmula particular de encarar el género tropical. El estilo sencillo, de compases marcados y armonías tan prolijas como pegadizas, revive el reggae clásico del Bob Marley más pendejo, de cabeza rapada y zapatos, en combinación con las reminiscencias del soul y el rythm and blues heredadas del veterano ska de saco y sombrero.
“Con mis padres llegamos en 2001, un momento clave del país; estaba en pleno quilombo. La gente la estaba pasando muy mal, yo no entendía nada de lo que pasaba. Yo ni siquiera hablaba español”, explica Ugo a Contexto, masticando un castellano que evidencia mil acentos mezclados con el tiempo. “Aquí en Argentina descubrí mi pasión por el reggae; aquí descubrí el frío, vivir en una ciudad grande, la soledad de no poder hacer muchos amigos. Gracias al reggae pude encontrar una manera de escapar y reencontrarme con mis raíces tropicales”. La historia del cantante de 28 años no deja de encontrar parecidos con la de otro popular viajero europeo que llegó a Buenos Aires cargado de música y revolucionó todo. Ya saben, el pelado ese que le dedicó un tema al Abasto.
“Aquí en Argentina descubrí mi pasión por el reggae; aquí descubrí el frío, vivir en una ciudad grande, la soledad de no poder hacer muchos amigos. Gracias al reggae pude encontrar una manera de escapar y reencontrarme con mis raíces tropicales”, dice TYBURCZY.
Hijo de padre polaco y madre francesa, Ugo nació y se crió en las islas de Nueva Caledonia, donde el idioma oficial es el francés, pero conviven decenas de pathois (dialectos) de las tribus que allí viven. El vocalista mamó la cultura isleña y la introdujo en el grupo en una ensalada inclasificable de ritmos playeros, letras en un inglés estilizado por los regionalismos africanos, y una estética llena de color. “A través del gran Bob Marley empecé en el reggae. Y así comencé a investigar más y más. Y me di cuenta de que el reggae que se grababa en Jamaica era la posta, lo original. Peter Tosh, Wailers, Gregory Isaacs, Yellowman, Barrinton Levy”. Ugo dispara nombres, uno tras otro, mientras se prepara para salir a escena.
“No miramos mucho hacia lo que hacen otras bandas. Nosotros tenemos nuestra propia interpretación del estilo”, afirma el percusionista de Yataians, Nicolás Gutiérrez, quien además compone la sección de coros junto a Ugo, y el guitarrista Guido Lousteau. La armonía de tres voces, casi góspel, recuerda a los clásicos Wailers, y la triada Marley-Peter Tosh-Bunny Wailer, como también las viejas bandas jamaiquinas de rock steady y calipso, como The Paragons o The Melodians. “Personalmente, yo me enamoré de los coros de voces en bandas como Los Beatles”. El grupo se completa con el colombiano Pipe Correas en batería, Facundo Rojo en bajo y el tecladista Miguel Mactas.
“Creo que lo que aporta Yataians es un toque de soul fino a nuestra manera de hacer reggae. Una manera moderna de volver a lo viejo”, asevera Facundo Rojo.
“Creo que lo que aporta Yataians es un toque de soul fino a nuestra manera de hacer reggae. Una manera moderna de volver a lo viejo”, asevera Facundo Rojo. Sumergidos tanto en el sonido más meloso de Jamaica, como también en cierto aire jodón y hooligan para calzarse los charoles y bailar, cualquier canción de los Yataians podría formar parte de la película This is England, con un chillido tenue de púa rascando el vinilo. Con el álbum debut O Tulop, de 2011, y el recién sacado del horno Revelation, Yataians asoma la cabeza con entusiasmo en el amplio escenario musical de Argentina.
Ya es la hora. Ugo y la tribu salen al escenario y el lugar se convierte en una isla tropical en medio del océano. Que empiece ese reggae imposible de ignorar.
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